El juego es una de las herramientas de aprendizaje más importantes durante la infancia, pues aporta múltiples beneficios, no sólo a nivel cognitivo o de inteligencias, sino también de adaptación al entorno, a las habilidades sociales o a la comunicación.
Cuando hablamos de inteligencia del niño no se trata sólo de la adquisición de conocimientos, sino de cómo usamos estos conocimientos y cómo afrontamos el entorno que nos rodea. Es ahí precisamente, donde el juego cobra un papel fundamental ya que se trata de una actividad espontánea que permite su crecimiento integral, pues con ellos entran en contacto directo con el mundo que les rodea, viven experiencias, guardan conexiones con el mundo de la creatividad y el lenguaje y expresan su personalidad.
Por tanto, el uso del juego aporta múltiples beneficios como el desarrollo del lenguaje y la comunicación, memoria, habilidades sociales o tolerancia a la frustración entre otros. Además, de reforzar y potenciar las inteligencias múltiples como son la inteligencia lógico-matemática, lingüística, musical, visoespacial, corporal, interpersonal o naturalista.
Por ello, sigamos apostando por actividades y juegos que permitan a los niños desarrollarse mejor, pero sin forzar un aprendizaje o limitar sus capacidades naturales.
Estas serían algunas de las recomendaciones, según las inteligencias, pero siempre teniendo en cuenta que los juegos son transversales en aprendizajes:
No es necesario incorporar muchos de estos juegos en la ludoteca familiar, pues los juegos clásicos también nos ayudarán a la adquisición de diversidad de conocimientos. Hablamos de juegos como ajedrez, damas, parchís, sudokus, sopas de letras, dominó o laberinto, entre muchos otros.
Hay que destacar que los juegos también nos ayudan en la estimulación cognitiva general de los niños, mejorando su atención, su lenguaje o memoria, sin olvidar otras destrezas como las funciones ejecutivas, por ejemplo:
Por último, debemos tener en cuenta los beneficios a nivel emocional que el juego nos aporta, tanto por lo que se refiere a iguales, a la gestión de la frustración y a las consecuencias de victoria/derrota, como a las relaciones familiares y con el adulto.
No dejemos de ser niños con nuestros hijos, mientras disfrutamos y aprendemos juntos jugando.
Dpto. de Orientación Humanitas