“La integración del movimiento en la expresión oral, a través de actividades como la papiroflexia y el Tangram, no solo estimula el aprendizaje significativo, sino que también promueve el desarrollo integral de los estudiantes en el siglo XXI”.
En el vasto mundo del aprendizaje, la integración de diversas formas de expresión puede desbloquear puertas hacia la comprensión más profunda y significativa. Uno de los enfoques innovadores que está ganando terreno es la combinación de la expresión oral con el movimiento. A través de actividades como el uso de la papiroflexia y el Tangram, no sólo se promueve la destreza física, sino que también se nutre el desarrollo cognitivo y lingüístico de los estudiantes.
La papiroflexia, arte milenario del origami, va más allá de crear figuras de papel. Al vincularlo con la expresión oral, se desencadena un proceso de aprendizaje multisensorial que optimiza la retención y comprensión de la información. La neurodidáctica respalda esta idea, mostrando cómo el movimiento estimula el entendimiento. Cada pliegue y giro no solo materializa conceptos abstractos, sino que también fortalece las conexiones neuronales, creando aprendizajes duraderos y significativos, como señaló Ausubel.
La experiencia de manipular papel para dar forma a objetos no sólo es un ejercicio físico, sino también mental. Al enfrentarse a una nueva tarea, los estudiantes se ven desafiados a resolver problemas, a imaginar y a experimentar. Este proceso no sólo nutre la creatividad, sino que también fortalece la capacidad de abstracción y la visión espacial.
El Tangram, un rompecabezas geométrico chino, también se convierte en una herramienta poderosa cuando se incorpora a la expresión oral. Al contar historias a través de las figuras del Tangram, se trascienden las barreras entre las matemáticas y el lenguaje. Esta integración promueve la interconexión entre competencias clave, estimulando una comprensión más holística del mundo.
La grabación de vídeos y la posterior exposición en clase añaden una dimensión digital al proceso, desarrollando así la competencia tecnológica de los estudiantes. Este enfoque no solo les permite compartir sus creaciones con sus compañeros, sino que también les brinda la oportunidad de revisar y reflexionar sobre su propio desempeño, fomentando así procesos metacognitivos.
Además, la búsqueda de tutoriales y manuales para aprender nuevas figuras del Tangram o técnicas de papiroflexia no solo es una actividad práctica, sino también un ejercicio de pensamiento crítico y autodirigido. Los estudiantes aprenden a buscar y evaluar información, a seguir instrucciones y a adaptarlas a sus propias necesidades, fortaleciendo así su capacidad de aprendizaje independiente y autónomo, que tanto potenciamos en HBS desde edades tempranas.
En conclusión, trabajar la expresión oral a través del movimiento, ya sea mediante la papiroflexia o el Tangram, no solo enriquece la experiencia de aprendizaje, sino que también potencia el desarrollo integral de los estudiantes, nutriendo tanto su mente como su cuerpo y preparándolos para enfrentar los desafíos del siglo XXI.
Pilar Silva Merino
Tutora de Primaria